Se acabaron los años de sequía, se acabó el sufrimiento continuo para los aficionados colchoneros porque este año, y por segunda vez consecutiva, el Atlético de Madrid se ha clasificado para la liguilla de la Champions League. Sin demasiada brillantez, todo hay que decirlo. Tras el 2-3 ante el Panathinaikos después de pasar por el infierno griego, el partido en el Calderón se antojaba como un paseo, pero la malapata de los rojiblancos hacía a los aficionados seguir el partido hasta el final, por si acaso.
La primera parte se presentó un tanto sosa tras el primer gol. A los tres minutos de partido Vyntra hizo un favor a los intereses del Atlético de Madrid y desvió un disparo de Forlán con tan poca fortuna que fue a parar hacia su propia portería. A partir de aquí el partido perdió interés, los de Abel Resino se limitaron a mantener el control del partido sin meter mucha presión, aunque atacando de vez en cuando.
Los griegos los intentaron pero poco pudieron hacer, y más después de la expulsión de Cissé tras una fuerte entrada sobre Paulo Assunçao. El billete de vuelta a Grecia lo certificó el «Kun» Agüero que con un gol a falta de siete minutos para el término del partido, puso el punto y final a la aventura griega en Champions.