La Caída de los Eldar

La Caída de los Eldar se produjo hace más de diez mil años y terminó con la supremacía de los Eldar en la Vía Láctea. Antes de la caída, los Eldar estaban en el apogeo de su imperio, pero los Antiguos ya habían avisado a los Eldar sobre la posibilidad de que su imperio cayese, pero estas predicciones fueron olvidadas e ignoradas con el paso del tiempo.

Durante la época de apogeo, los Eldar empezaron a creer que todas las demás razas se encontraban por debajo de ellos (incluso se referían a estas razas como bárbaros), y su orgullo fue creciendo, haciéndose cada vez más arrogantes. Muchos dejaron de creer en el trabajo físico como base para su sociedad, y cedieron ante sus deseos hedonistas, propiciando que diferentes ritos y cultos surgiesen en las tierras de los Eldar, dividiendo cada vez más su sociedad. Sus habitantes se volvieron cada vez más corruptos y empezaron a profundizar en prácticas que rozaban el sadismo. Asesinos de este tipo empezaron a merodear por las calles en busca de víctimas que satisficieran sus necesidades, pero como cada vez era más difícil saciar sus deseos, se volvían más y más violentos. Ante esta situación de degeneración, muchos Eldar, libres aún de la corrupción que azotaba a su sociedad, huyeron de sus mundos natales. Lucharon contra numerosos peligros en el espacio, hasta que se establecieron en la periferia de la galaxia. Pero en estas condiciones, la vida resultaba complicada para un pueblo que no estaba acostumbrado al trabajo físico y a la abnegación.

A consecuencia de esta sucia depravación, se engendró un nuevo Dios del Caos, Slaanesh, fruto de las pasiones y los deseos de los Eldar. Ninguna otra criatura tuvo un nacimiento tan violento como Slaanesh: los Eldar acabaron matándose los unos a los otros, mientras los mundos de alrededor se quemaban. En este festín de muerte nació Slaanesh, absorbiendo los espíritus de los Eldar. Sólo alguno de los pueblos creados en la periferia, de los Eldar que huyeron de la depravación, sobrevivieron a la caída.

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