En el primer encuentro de esta temporada disputado en el Camp Nou, el Barcelona se deshizo con facilidad del Santos de Brasil, en lo que fue el debut de Messi y Neymar jugando juntos, y más que nada, un choque que permitió ver una versión del conjunto catalán que hace tiempo no veíamos, sobre todo en relación a la presión que fue tan frecuente en la época de Guardiola y que se había perdido en los últimos tiempos.
El caso es que como fue evidente en el juego, y sobre todo en el resultado, los brasileños no fueron rival para un Barça que rápidamente había liquidado un encuentro en el que anotaron Messi en primera instancia, y posteriormente Alexis, Cesc, Pedro y compañía, y que permitió a los aficionados reencontrarse con el equipo luego de un extraño cierre de la temporada pasada y de la enfermedad tan lamentable de Tito.
Lo importante es que si en la semana Tata Martino había insistido a sus jugadores en la importancia de recuperar la presión asfixiante sobre el rival, sobre el césped se pudo ver un poco de lo que el ex entrenador de la selección de Paraguay y de Newell´s Old Boys en la Argentina pretende, lo que fue de suma utilidad también para presentarse ante el público catalán que apenas lo conoce en la mayoría de los casos.
El hecho es que más allá de lo anteriormente mencionado, destacaron especialmente las actuaciones de dos futbolistas que en los últimos tiempos han sido mirado con algo de recelo en España, como en los casos de Alexis Sánchez y Cesc Fábregas, quienes parecen dispuestos a mejorar el nivel de la temporada pasada.
Como dato anecdótico, se debe destacar que los aficionados del Santos no se tomaron demasiado bien la caída de su conjunto de una forma tan abrupta ante el Barcelona, y por eso muchos de ellos se desplazaron en Brasil a la sede del club para pedir la salida del Presidente y de algunos de los principales directivos de la institución.