Las cosas pintaban complicadas para el Sporting de Gijón, equipo que había perdido en la ida de los dieciseisavos de final de la Copa del Rey por 3-1 en tierras mallorquinas. A pesar de llevar el resultado en contra, jugar en casa era un aliciente para los de Preciado, aunque el Molinón presentó la misma entrada que casi todos los partidos coperos. Por si fuera poco, Nsue dejó la eliminatoria vista para sentencia en los primeros 15 minutos con dos goles que obligaban a los asturianos a meter cinco.
Posiblemente en el Molinón estaban más preocupados de la visita del Real Madrid que de la competición del K.O. El conjunto sportinguista salió dormido y lo pagó con dos goles de Nsue, protagonista del encuentro, lo que claramente anulaba la apuesta del Sporting en Copa del Rey. Los pitos que se escuchaban entre las pocas gargantas que acudieron al Molinón hicieron despertar a los de Preciado, quienes buscaron algo más la portería de Lux y acortaron distancias gracias al penalti transformando por Bilic tras una mano de Kevin.
Tras la pausa, y con un Mallorca ya satisfecho por lo conseguido, el Sporting consiguió maquillar el resultado con el tanto de Juan Muñiz, quien pasada la hora de partido anotó el definitivo empate a dos tras un disparo que pegó en un defensor. El partido también destacó por la dureza del juego, algo que en el Molinón no es nada nuevo.
