Ayer las emociones estuvieron a flor de piel. La inmensa alegría contrastó con la más absoluta tristeza en el final de las diferentes Ligas europeas. Porque el deporte habrá cambiado, a peor, será un negocio, pero no puede evitar todo lo que se dispone a leer. Y solo el fútbol lo consigue a un nivel tan exorbitado.

En Inglaterra, la victoria del City frente al QPR le daba la Premier. El United comenzó ganando y al City ya solo le valía ganar. Empezó haciéndolo, pero por un fallo de Lescott primero y en el casi único acercamiento del QPR después, se vio perdiendo 1-2 y se acababa el tiempo. Emergió Dzeko en el 92, pero la liga era aún de su vecino, el United. Al mismo tiempo que empataba el City finalizaba el United, que era campeón momentáneo. Pero la afición desplazada a Sunderland y el banquillo del ManU dieron síntomas de que no lo sería definitivamente. El Kun Agüero había hecho el 3-2 en el 94 definiendo tras pase de Balotelli. Sí, Balotelli. La Premier League, 44 años después, es del City. Tras 38 partidos, el título se ha decidido al final del descuento de la última jornada.

A su vez, el QPR se jugaba el descenso. Con su derrota y la victoria del Stoke frente al Bolton, bajaban estos últimos. Pero el Bolton le dio la vuelta, y luego el QPR hizo lo propio. Ya sabemos que el QPR perdió con el City, pero el Stoke empató y el Bolton Wanderers acompaña a Championship a Blackburn y Wolves.

En Italia las emociones se vivieron especialmente en las preciosas despedidas ofrecidas a grandes leyendas del aquella liga, del país y del fútbol. Alessandro, Pinturicchio, Del Piero, decía adiós a la Juventus tras 19 temporadas. La acompañó a Segunda, la llevó a la gloria y es un ejemplo fuera del campo para muchos. Su calidad, sus goles, su inteligencia, son eternos. Con lágrimas en los ojos dio varias vueltas al estadio de la Juve. Antes, marcó en la victoria 3-1 frente al Atalanta. Después, levantó el título porque ya eran campeones desde hace una semana. Creo que pocos imaginan una Juve sin Del Piero.

En Milán el proceso de rejuvenecimiento y que dará paso a nuevos futbolistas quedó patente ayer con las despedidas de nada menos que: Alessandro Nesta, Gianluca Zambrotta, Gennaro Gattuso, Clarence Seedorf y Filippo Inzaghi. Cuatro iconos de los que ya hablamos hace unos días.

La semana anterior Di Vaio se despidió de la afición del Bolonia.

Aquí, en España, la lucha por el descenso fue otra auténtica emoción. 5 equipos que nunca querían ocupar 2 puestos, con lo que la sonrisa y la pena volvieron a coincidir. El Sporting necesitaba un milagro, pero perdió y sería el primer descendido de los dos. Estaba siendo el otro el Zaragoza, que no jugó una primera parte agresiva. En la segunda apretó un poco más y se adelantó. Después de todo, dependía de sí mismo y con la victoria seguiría un año más en Primera. Pero el gol del Atlético al Villarreal y el del Rayo al Granada, ambos en las postrimerías (el del Rayo en fuera de juego, aunque complicado de ver) mandaban al Submarino, a los amarillos, a Segunda. Inmensa tristeza.

Y al final de todo, solo podemos agradecer todo esto. La lucha de todos, la emoción vivida, y el fútbol. A los que han ganado, que lo disfruten, lo han merecido. Los que se despiden, agradecerles lo que nos dieron a los espectadores, y a sus hinchas, que lo saborearon mejor. Y los que se han ido pronto volverán. A ellos es más difícil consolarlos.