Las lluvias intensas y las inundaciones que han golpeado la región de l’Horta Sud en Valencia son una manifestación inquietante del aumento de eventos climáticos extremos asociados al cambio climático, según han señalado expertos de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y la Oficina para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNDRR). En lo que va de 2024, se han registrado récords de precipitación en gran parte de Europa, lo que refleja la creciente severidad de las condiciones meteorológicas.
Natalia Alonso Cano, responsable de la UNDRR para Europa, advierte que “la realidad es que el cambio climático nos va por delante”, enfatizando que la respuesta a estos desafíos climáticos debe ser más rápida y robusta. “La prevención debe ser una prioridad”, afirma, destacando la necesidad de una mayor preparación y una cultura de prevención a todos los niveles, desde el local hasta el europeo.
La funcionaria resalta que, aunque los fenómenos climáticos son naturales, los desastres que resultan de ellos a menudo pueden evitarse con una adecuada planificación. “Después de un desastre, es fundamental realizar un análisis de las necesidades de acogida, servicios públicos, salud y preparación de infraestructuras”, enfatiza. Esta coordinación efectiva entre diferentes niveles de gobierno es crucial para una respuesta eficiente durante crisis como la reciente.
Los informes de la OMM indican que estos eventos climáticos extremos son cada vez más frecuentes y devastadores, con más de 200 litros de lluvia por metro cuadrado registrados en algunas áreas de l’Horta Sud en pocas horas, provocando inundaciones masivas y pérdidas significativas de cultivos. Las consecuencias económicas son igualmente alarmantes; la Agencia Europea de Medio Ambiente estima que los fenómenos meteorológicos extremos han causado pérdidas de activos de 738.000 millones de euros en la Unión Europea entre 1980 y 2023, con los últimos tres años representando más de 162.000 millones en costos.
A medida que la frecuencia y la intensidad de los desastres naturales aumentan, la UNDRR está abogando por una aceleración en el desarrollo de una cultura de prevención. Esto implica mejorar la infraestructura de alerta temprana y garantizar que todos los ciudadanos tengan acceso a la información sobre riesgos climáticos. La meta es que para 2027, todos los habitantes del planeta estén protegidos contra fenómenos climáticos peligrosos mediante sistemas de alerta que salven vidas.
Ante esta creciente amenaza, la necesidad de inversiones en resiliencia y en infraestructuras sostenibles se vuelve imperiosa. Promover una mayor colaboración entre gobiernos y la ciudadanía, así como priorizar la capacitación en la preparación ante emergencias, son pasos críticos para enfrentar los retos que se presentan en un futuro marcado por el cambio climático. La UNDRR continúa su labor para facilitar la implementación de iniciativas que reduzcan el riesgo de desastres y protejan los logros hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Fuente: ONU últimas noticias