Esperanza de vida al nacer supera en mujeres a hombres en todas las regiones de la UE

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3 older people laughing together.

En 2022, la esperanza de vida al nacer en la Unión Europea mostró una clara diferenciación de género, siendo 5,4 años superior para las mujeres, que registraron un promedio de 83,3 años, frente a los 77,9 años de los hombres. Esta brecha persistió en todas las regiones de nivel 2 de la Nomenclatura de Unidades Territoriales para Estadísticas (NUTS 2) donde se dispuso de datos.

La región de la Comunidad de Madrid en España alcanzó el mayor índice de esperanza de vida al nacer para las mujeres, con 87,7 años, seguida por la Comunidad Foral de Navarra (86,9 años) y Castilla y León (86,7 años). En contraste, la región ultraperiférica de Mayotte en Francia tuvo la esperanza de vida más baja para las mujeres, con 74,4 años, seguida por las regiones búlgaras de Severozapaden (76,4 años), Severen tsentralen (77,0 años) y Yugoiztochen (77,6 años).

Al igual que para las mujeres, la Comunidad de Madrid también lideró la lista en cuanto a expectativa de vida para hombres, alcanzando 82,4 años. Las regiones de Provincia Autonoma di Trento en Italia y Estocolmo en Suecia ocuparon el segundo lugar, ambas con 82,3 años. Sin embargo, tres regiones presentaron expectativas de vida masculina por debajo de los 70 años, siendo Severozapaden en Bulgaria la más baja, con 68,7 años, seguida de Letonia (69,4 años) y Severen tsentralen en Bulgaria (69,6 años).

Las disparidades de género más significativas se encontraron en los países bálticos, así como en varias regiones de Polonia y Rumanía. Letonia presentó la brecha más amplia, con una diferencia de 10 años entre mujeres y hombres. En contraste, Dinamarca, Irlanda, los Países Bajos y Suecia mostraron diferencias más reducidas, siendo Mayotte en Francia la región con la menor brecha de género, apenas 0,4 años de diferencia.

Estos datos subrayan no solo la variabilidad en la longevidad entre diferentes regiones de Europa, sino también el perdurable impacto de las diferencias de género en la expectativa de vida, reflejando la necesidad de políticas de salud adaptadas a las realidades específicas de cada área.