El Fútbol Club Barcelona no consigue levantar el vuelo, llevaba varias semanas jugando con fuego tanto en Liga como en Champions League, sin embargo los resultados acompañaban, y se salvaban los muebles. Pero los malos resultados han empezado a llegar. Todo empezó el día del PSG, que perdieron en Francia, y más tarde el terrible clásico que hicieron los azulgranas, y hoy la guinda ha sido la derrota contra el Celta, en el Camp Nou.
Todavía decían los jugadores, entrenador y periódicos afines, al terminar el Clásico, que por lo menos seguían líderes. Pues ya no, pocos días después ya no tienen si esa excusa, ahora momentáneamente está como líder el Real Madrid, a falta de saber que hace el Sevilla y Valencia. Y en Can Barça lo peor no son los resultados, sino las sensaciones.
En el partido de hoy, los de Luis Enrique, además de no tener suerte, dieron cinco palos, no tenían peligro, no tenían motivación, y sobre todo tenían grandes agujeros defensivos. Mascherano se tenía que multiplicar por cinco para que no llegaran más goles de los gallegos que hicieron un magnífico trabajo.
El Barcelona debe cambiar cosas, sobre todo en cuanto a mentalidad, Neymar estuvo más a disputas con jugadores celtiñas que al partido, Messi desparecido y sin peligro, el medio perdía por momentos el control del juego, el equipo estaba roto en dos, y la defensa no hacía nada bien. Todo parecía un tema de concentración. El único punto positivo es el partido de Luis Suárez, que demostró su calidad en varias ocasiones, y augura dar espectáculo en Barcelona.
Más les vale espabilar porque ahora tendrán que visitar Amsterdam, ante un Ajax que saldrá a tope porque se le acaban las oportunidades, y como sigan con esta línea lo pueden pasar mal al final. Todavía queda mucha temporada, tanto en Liga como en Champions, pero estas malas rachas hay que cortarlas cuanto antes con trabajo constante y motivación extra.