Pablo Moscoloni ha demostrado que el liderazgo se forja en la acción y no en la teoría. Su vida, marcada por más de 30 años dedicados al rugby como jugador y entrenador en diversas naciones, ha influido profundamente en su enfoque empresarial. Actualmente, dirige Allzone en España y Portugal, donde aplica los principios del deporte que lo formó en el ámbito corporativo.
El rugby es un juego en el que el éxito depende de la colaboración más que del individualismo. Moscoloni ha trasladado esta filosofía a Allzone, creando una cultura laboral que promueve la autonomía y el trabajo en equipo. Desde su fundación en 2019, la compañía ha experimentado un crecimiento exponencial, pasando de una facturación de 50.000 euros a más de 60 millones anuales, atrayendo a un millón de clientes y contando con cerca de 100 empleados.
El éxito de Allzone no se debe a una mera estrategia tecnológica, sino a la sólida cultura de trabajo que Moscoloni ha cultivado. En tiempos de crisis, como el ciberataque y el fraude de suplantación de identidad que sufrieron en 2024, el enfoque colectivo y la rápida respuesta del equipo fueron claves para mitigar el impacto. Según Moscoloni, «la reputación se construye en céntimos y se pierde en miles», haciendo evidente la importancia de la percepción pública, especialmente ante entidades financieras.
A pesar de enfrentar ataques anónimos motivados por el deseo de ver caer estructuras percibidas como capitalistas, Moscoloni ha mantenido la confianza de sus clientes más leales. Liderar en un entorno adverso es similar a jugar en un terreno de juego complicado: requiere unidad y determinación, aun cuando las circunstancias son desafiantes.
Además de su labor en Allzone, Moscoloni es mentor en Google for Startups EU, donde comparte sus experiencias y valores con emprendedores. Habla desde la práctica vivida, enfatizando la importancia de la preparación, la escucha activa y el respeto por los demás.
La visión de liderazgo que promueve Pablo Moscoloni pone el énfasis en la construcción de equipos sobre el protagonismo individual, reflejando así que, tanto en el deporte como en el ámbito empresarial, el éxito es un esfuerzo compartido.