Legión es una candidata firme a ocupar el podio de varios top 10 de churros cinematográficos de 2010. Se trata de un producto de anticine bochornoso y ofensivo para el público, aunque simplemente espere pasar el rato. Para ser gráfico, diría que la sensación que uno tiene al verla debe ser la misma que la de intentar suicidarte pegándote un tiro y fallar: además de sentirte como un imbécil, duele.
El truño ese va de un ángel caído que se arma con unas ametralladoras y se va a salvar del inminente apocalipsis a una peña que está en un bar de carretera en medio del desierto. Entre la gentuza, además de Dennis Quaid, se encuentra una chavala embarazada cuyo bebé es la clave de la salvación de la humanidad, aunque jamás se dice el porqué.











