El Sevilla de Jimenez sigue siendo tan buen equipo como con Juande, pero al nuevo entrenador le falta algo del antiguo. Ramos era capaz de aprovechar el mejor momento de cada jugador. Ayer esperaron a ver como pintaba el partido para decidir cuando irse a por él, cuando lo decidieron era tarde. Lo que van a echar en falta a Kanouté.
El Barcelona temporizó el partido; salió con Marquez de pivote; con Xavi y Gudjohnsen de escuderos; llevó el partido a su terreno: lento; sin ritmo y soso. En ataque quedaron a espensas de alguna genialidad de Henry e Iniesta.
Dos grandes del continente, no hace mucho campeones de Europa y Uefa, me defraudaron. Ni ocasiones, ni tensión, ni emoción. Sobretodo de Sevilla que esperaba que le perdiese la verguenza al partido.