A Messi no le ha costado salir de su crisis particular, porque el delantero ha callado las críticas de un plumazo, tan sólo necesitó veinte minutos de su tercer partido para demostrar que sigue siendo él mismo, y que no pasa nada por no ver puerta.
El argentino no le tembló el pulso cuando el árbitro señaló el punto de penalti tras unas manos tontas de N’sue dentro del área, Messi no pensó en lo sucedido ante el Sevilla, cogió el balón y mandó el esférico donde ningún portero puede llegar, asegurándose el primer tanto.
Después del gol, Lionel Messi se destapó, volvió a desequilibrar como siempre, parecía que se había quitado 20 kilos de encima, y no se conformó, puesto que marcó el segundo y el tercero de su equipo, consiguiendo un hat trick que hacía que se callarán todas las críticas que había recibido en la última semana por su falta de puntería.
Está claro que cuando Messi o Cristiano Ronaldo no consiguen marcar durante varios partidos seguidos son noticia, pero nunca se puede decir que están viviendo una crisis, y más cuando el equipo consigue la victoria.