Los Spurs dieron esta de madrugada un golpe sobre la mesa para hacerse con el anillo de la NBA. El equipo tejano encarriló el partido desde el primer cuarto con unos magníficos porcentajes de tiro, dejando a Miami sin opciones en su propia casa.
Lo de ayer fue una obra maestra, la facilidad con la que los Spurs ganaron el partido fue como poco, inesperado. En el segundo cuarto ya ganaban de 25 puntos con un 19/21 en tiros de campo y 6/6 en triples, fue un auténtico abuso, el resto del partido no tuvo mucha historia, los Spurs se dejaron ir y la ventaja conseguida fue inalcanzable para unos Heat frustrados, el partido finalizó con un resultado de 111-92.
Esta vez el hombre estelar de los Spurs no fue ninguno de su gran big-three, sino que fue el joven Kawhi Leonard, un jugador con un potencial tremendo, que precisamente en el partido anterior con la derrota de los Spurs, cuajó un partido pésimo. Tenía ganas de reivindicarse y entrar en primer plano, porque cualidades no le faltan, es un gran defensor, tiene mucha agilidad, entra a canasta de forma brutal y tiene un gran tiro de 3, un todoterreno en toda regla. Ayer fue imparable, dejando a LeBron a la altura del barro y finalizando el encuentro con unos memorables 29 puntos y 4 rebotes y solo 3 lanzamientos fallados.
Por el lado de los Heat, las cosas no salieron nada bien. LeBron se marcó un partido engañoso, porque a pesar de sus 22 puntos y un 9/14 en tiros de campo, falló en los momentos claves, no pudo contener a Leonard y para colmó PERDIÓ 7 BALONES. Sin duda fue el gran señalado de la derrota de los actuales campeones, Wade no estuvo mal con sus 22 puntos pero fue determinante y Bosh hizo uno de sus peores partidos en los playoffs, siendo totalmente anulado en la pintura.
Las cosas se ponen muy a favor de los Spurs, ganando en la cancha de Miami y dando sensación de superioridad y de qué este año están mejor, los Heat no se darán por vencidos pero deberán frenar el vendaval ofensivo de los Spurs porque ayer fueron un verdadero coladero.