El consumo habitual de pescados y mariscos se sitúa como un pilar fundamental para la salud cardiovascular y cerebral, según un reciente análisis de datos que destaca los beneficios de estos alimentos en la dieta. Se ha demostrado que su inclusión regular puede disminuir en un 20% el riesgo de mortalidad por infarto agudo de miocardio, y reducir hasta en un 45% el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular. Esto se atribuye, en gran medida, a la elevada concentración de ácidos grasos omega-3 presentes en estos productos del mar, que no solo mejoran la salud del corazón, sino que también favorecen la memoria y la concentración.
Con motivo del Día Mundial de la Salud, que se celebra el 7 de abril, Pesca España destaca la importancia de una alimentación equilibrada, enfatizando que no solo es crucial lo que se elimina de la dieta, sino también lo que se incorpora. En este sentido, la recomendación de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) es clara: incorporar entre 3 y 4 raciones semanales de pescados y mariscos en la alimentación.
Los estudios respaldan que el impacto positivo en la salud cardiovascular se observa en el consumo constante de estos alimentos. Por cada 100 gramos adicionales de pescado que se incluyen en la dieta, se potencia la disminución del riesgo de enfermedad cardíaca. Las grasas omega-3 son fundamentales para reducir la inflamación y mejorar la circulación sanguínea, contribuyendo así a la regulación de la presión arterial y la reducción del colesterol LDL, lo que a su vez previene múltiples enfermedades cardiovasculares.
Los beneficios de los productos del mar se extienden también hacia la salud del cerebro. El DHA (ácido docosahexaenoico) es esencial para el desarrollo y mantenimiento de las funciones cognitivas, favoreciendo la memoria y el aprendizaje. Además, su consumo está relacionado con un menor riesgo de desarrollar deterioro cognitivo y enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.
En un contexto más amplio, estos alimentos juegan un papel crucial también en la salud mental al contribuir a la producción de serotonina y endorfinas, conocidas como las «hormonas de la felicidad», ayudando a mitigar el riesgo de depresión en un 30% y a regular los niveles de cortisol, lo que potencia el bienestar emocional.
El impacto positivo de los productos del mar se traduce en un organismo más fuerte en general. Ayudan a reducir el riesgo de diabetes al mejorar la absorción de energía, favorecen el desarrollo muscular y el buen funcionamiento del sistema nervioso, y aportan vitaminas y minerales esenciales que son cruciales para la salud ósea y el fortalecimiento del sistema inmunológico.
Antonio Nieto, gerente de Pesca España, subraya la relevancia de integrar el pescado en las comidas diarias para mejorar la calidad de vida: «Cuando se incorporan regularmente en la dieta, los productos del mar ayudan a prevenir enfermedades y a mantener un organismo fuerte y saludable. Apostar por el pescado es una decisión sencilla que puede tener un impacto significativo en el bienestar a largo plazo».
