Mourinho puede ser en muchas ocasiones un payaso, puede incluso estúpido y engreído, pero está claro que al equipo que va consigue hacer una piña, y ser querido por la plantilla, y eso que en la capital de España recibe muchos palos por la prensa.
Los jugadores entienden y aplican a la perfección el método Mourinho, a pesar que le quita protagonismo en muchas ocasiones con la prensa, pero les descarga de una presión muy grande, y consigue que estén más unido en el vestuario.
Al terminar el partido el entrenador portugués no estaba en el campo, pero en el momento que fue localizado por los jugadores, fueron a buscarlo y a mantearlo, aunque lo anecdótico no fue eso, sino como se fue abrazando a cada uno, la sensación es que el entrenador «hace lo que quiere con ellos y ellos se lo agradece».
PD. En la final de la Champions, el ejemplo más claro fue el central italiano Materazzi.
