La jornada para los españoles comenzaba el martes con el Real Madrid recibiendo al Bayern en un Bernabeu con un público que dista mucho del de la liga y que durante la primera parte y mientras al equipo no se le agotaron las pilas disfrutó.
Y disfrutó de lo lindo, con los «indultados» o impuestos Higuaín y Gago, con un Beckam sensacional y con tres goles favor y sólo uno en contra, más goles en cuarenta y cinco minutos que en todo el mes de febrero.
La segunda parte nada tuvo que ver, el Madrid se rompió de desgaste, por su mal fondo físico y llegó el susto al cuerpo, y el segundo gol del equipo alemán que deja abierta la eliminatoria y gracias a San Casillas.
Pese a la mala segunda parte, me parece exagerado que se vea ese 3-2 como un mal resultado, además el Madrid tiene cosas peores que el resultado por ejemplo que su entrenador no celebre los goles y haga lo que la plantilla diga, sin rechistar. Muy fuerte y que en la liga no da pie con bola.
La segunda jornada en la que han jugado Barcelona y Valencia ha dejado más sinsabores en cuanto a resultados aunque quien diría que el Valencia ha empatado por la alegría que supone el 2-2 que los ché ha conseguido en Milán ante el Inter y que deja en teoría sencilla la eliminatoria para los de Quique Sánchez Flores aunque deberán sentenciar en Mestalla.
El empate deja las puertas abiertas y cumple el guión, había que salir vivos de San Siro y vivito y coleando vuelve el Valencia gracias a los goles de Villa y Silva que siguen con la buena racha del equipo.
Y el Barça, actual campeón de la Liga de Campeones, es el que peor notas ha sacado, al caer derrotado en casa con el Spanihs Liverpool de Rafa Benítez 1-2 y que le pone contra las cuerdas y les obliga a ir al histórico Anfield a sacar un resultado cuanto menos complicado aunque el Barça es capaz de todo.
El Barcelona se ha adelantado por medio de Deco pero Bellamy ayudado por Valdés y Riise se han encargado de aguarle la fiesta a los culés que han visto como sus estrellas no han hecho acto de presencia.
La Champions como siempre trae ilusiones y también desecantos, fútbol en estado puro.