El FC Barcelona dejó escapar dos puntos de oro ante un Milan que no pudo ser más efectivo, y que consiguió que el partido se jugara a un ritmo más lento que el que imprime el equipo de Pep Guartiola en los partidos.
El equipo italiano sorprendió a todo el mundo, porque antes de que se sentarán los primeros aficionados, Pato cogió un balón y se plantó delante de Víctor Valdés, el brasileño no se puso nervioso y por debajo de las piernas consiguió el primero. El Barcelona comenzaba el encuentro contra corriente, antes del primer minuto ya iba por debajo en el marcador, aunque no se pusieron nerviosos y comenzaron a tocar y tocar, hasta que Messi se inventó un jugadón dentro del área y Pedro marcó el empate.
En el segundo tiempo las cosas no pudieron comenzar mejor para el equipo español, porque Villa marcó un golazo de falta directa, que nada pudo hacer Abbiati. El problema del equipo azulgrana es que tocó, pero no remató el partido y en la última jugada Thiago Silva empató de cabeza, dejando el marcador en tablas y sin tiempo para reaccionar el Barcelona, que se quedó con la sensación de haber dejado escapar dos puntos ante un equipo que fue ultradefensivo, pero que aprovechó sus oportunidades de gol.