El Barcelona volvió a perder, sumando su segunda derrota consecutiva y el tercer partido sin ganar, ante un Atlético de Madrid que le dio muchas facilidades en defensa, pero a pesar de eso fue capaz de remontar dos goles en contra una vez, y después del 2-3 darle la vuelta al marcador, haciendo que la afición colchonera vuelva a creer en su equipo y de paso recuperando la mejor versión del Kun Agüero.
Después de un inicio frenético, típico de estos partidos, llegó el gol de Agüero, aunque en esta ocasión fue anulado por fuera de juego, pocos minutos después fue Thierry Henry quien conectó un lanzamiento que se coló por la escuadra, recordando esos golazos que marcaba con el Arsenal y posteriormente rubricado por Messi, que se fue entre medio de dos jugadores rivales y batió a Leo Franco, por lo que el partido parecía visto para sentencia y se esperaba una goleada, hasta que Forlán se inventó un «zambonbazo», una folha seca, que se coló entre los tres palos sin que nada pudiera hacer Valdés.
A pesar del 1-2 la sensanción era que el Barcelona iba a ganar cómodamente, y más cuando Xavi se dio cuenta que tenía en Assunçao una auténtica sombra, por lo que dejaba mucho hueco en el centro, aunque el gol fue del Kun, rompiendo todas las estadísticas y haciendo que su equipo se viniera más arriba, por cierto Simao se fue cabreado por el cambio, un gesto que se está volviendo muy típico en las estrellas rojiblancas, pero volviendo al partido el uruguayo volvió a tener el gol en su cabeza, pero erró incomprensiblemente.
El disgusto para Forlán fue que del 3-2 se acabó con el 2-3, ya que Gudjonhsen cedió al delantero francés para que pusiera por delante nuevamente a su equipo, pero fue también Henry quien hizo un penalti inocente a Sinama Pongolle, precisamente el que entró por el portugués, y Forlán transformó la pena máxima, pienso que este resultado era muy bueno para los colchoneros, aunque lejos de relajarse, y con algo de fortuna, encontraron el gol del argentino que puso el delirio y los tres puntos se quedaron en el Calderón.