Es algo que nunca pensé que vería en una sala de cine, y menos en los tiempos que corren. El Escritor es un film que parece sacado de una máquina del tiempo porque es cine clásico auténtico, de autor, muy de Hitchcock, muy del mejor Polanski. De hecho, este ostracismo sabático del director desde Oliver Twist le ha venido bien para volver a lo grande.
El Escritor no va a ser una película con mucho tirón mediático porque es demasiado sutil en su conjunto. Se trata de una historia muy potente que avanza casi oculta durante las 2 horas de metraje, sólo transmitiendo sensaciones y nervio al espectador, usando un ámplio repertorio de manejo de la más exquisita técnica cinematográfica y irguiéndose como un soberano thriller de los que hacía años que no se veían.











