A pesar de tratarse de unos de los deportes más antiguos que se disputan en los Juegos Olímpicos (es fijo desde las olimpiadas de Munich 1972 y en exhibición desde Berlín 1936) el balonmano es un deporte casi desconocido en las islas británicas donde sólo era practicado por apenas un millar de personas hasta el año 2005, cuando Londres fue elegida como sede para los Juegos Olímpicos del 2012.
Desde esa fecha, los ingleses han tenido que armar un equipo masculino y otro femenino para esta ocasión y en un tiempo récord. Para concienciar a los habitantes del país en que consistía el Handball (así lo llaman allí), tuvieron que hacer campañas publicitarias.
Para lograr atraer a personas hacia este deporte, hubo que tirar del programa llamado Sporting Giants el que hiciera la invitación a todo amante del deporte, joven, alto y que sueñe con participar en una olimpiada de verano.
Con el paso del tiempo, Zona se introduce en la nómina de los equipos de balonmano británicos y se encontró a personas diversas y exdeportistas, entre ellas Louise Jukes, internacional británica en hockey sobre césped.
Los jugadores que formarán parte de los combinados nacionales fueron enviados durante periodos de tiempo a países con mayor tradición de este deporte, como Dinamarca, Francia o España, para que pudieran entrenar con gente profesional y preparar de esta forma el torneo.
A pesar del esfuerzo realizado por la federación británica, el equipo nacional no ha sido capaz de ganar en el 2011 a selecciones de un nivel muy inferior al que se encontrarán en la Olimpiada como son Chipre, Finlandia o Estonia. Si que lograron la victoria frente a Bulgaria en un partido de clasificación para el Europeo.
Los jugadores del equipo nacional temen que perder por 10 o 20 goles frente a selecciones punteras pueda causar la ira de sus aficionados, sin pesar que este deporte es aún muy nuevo para ellos.