Desde 2020, los precios de combustibles y lubricantes para transporte personal en la Unión Europea han experimentado una notable volatilidad. Las tasas anuales de inflación fueron negativas en mayo de 2020, con un descenso del 19,5%, pero comenzaron a aumentar drásticamente en 2021, alcanzando un pico del 33,4% en noviembre de ese año. El máximo se registró en junio de 2022, con un incremento del 39,2%, y desde entonces comenzó a desacelerarse, volviéndose negativa en 2023. Estas variaciones reflejan el impacto de la pandemia de COVID-19 y la invasión rusa de Ucrania.
En junio de 2023, la tasa de inflación para combustibles y lubricantes llegó a un mínimo del -15,7%. No obstante, la volatilidad se ha vuelto menos pronunciada en los últimos meses, con variaciones mensuales de precios más pequeñas. Esta tendencia ha continuado en 2024. En agosto de 2024, los precios de combustibles y lubricantes fueron un 6,1% más bajos que en agosto de 2023.
Al observar específicamente el diésel y la gasolina desde 2020, los datos muestran que los precios en el pasado agosto fueron un 7,4% y un 5,5% más bajos que en el mismo mes del año anterior, respectivamente. Desde 2020, el mayor aumento de precios se observó en junio de 2022, con un 45,2% para el diésel y un 35,7% para la gasolina. Mientras que los incrementos de precios del diésel fueron generalmente más bajos que los de la gasolina, desde septiembre de 2021 hasta marzo de 2023 el diésel experimentó aumentos más rápidos. Sin embargo, desde marzo de 2023, los precios del diésel incrementaron a un ritmo inferior al de la gasolina, aunque la situación volvió a invertirse en junio, julio y agosto de este año.
En agosto de 2024, 24 países de la UE reportaron tasas anuales negativas de cambio o precios más bajos que en el mismo mes del año anterior. Suecia registró la mayor caída con un -20,7%, seguida de Bélgica (-8,9%) y Eslovaquia (-8,4%). Por otro lado, Suiza (-2,4%), Eslovenia (-2,0%) y Polonia (-1,7%) registraron las menores disminuciones. En Malta, los precios se mantuvieron sin cambios; en cambio, Rumanía (+2,4%) e Irlanda (+4,0%) experimentaron un aumento en la tasa anual de cambio.
Estos altibajos en los costos de combustibles y lubricantes reflejan la continuidad de las tensiones económicas globales provocadas por eventos significativos como la pandemia de COVID-19 y conflictos internacionales, subrayando la complejidad de estabilizar los mercados energéticos en el contexto actual.