Una final anticipada

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 Poca gente se podía pensar que a Rafa Nadal iba a tener un partido de tanto esfuerzo y calidad en las semifinales del Masters Series de Madrid, ya que el rival no era conocido, tampoco era un top ten, pero eso sí, ha luchado como jabato y muchos compases del encuentro fue mejor que el número uno del mundo, y es que Gilles Simon ha demostrado hoy ser un jugador que en un futuro no muy lejano hay que contar con él.

Después del primer set donde el español fue muy superior en todo momento, ya que ganó 6-3, pero podía haber cerrado antes, todo indicaba que el manacorí iba a conseguir ganar de forma cómoda en el segundo, pero en ese momento llegó la reacción del francés y el espectáculo que dieron los dos tenistas, porque consiguió salvar una y otra vez las bolas de break que tuvo el español, aunque no contento de eso rompió el servicio en el noveno juego, pero por suerte para Rafa Nadal encontró una doble falta en el siguiente y pudo igualar el marcador, aunque no pudo remtar la faena y cayó por 7-5.

El tercer set no se puede definir con palabras, se tiene que ver, puesto que en el tercer juego hubieron más de quince puntos, ninguno de los dos se daba por vencido, ventaja para uno, ventaja para otro, al final lo consiguió ganar el francés, que en ese momento estaba sacando, aunque después el español le devolvió la moneda y le rompió el saque en el sexto juego, dejando el marcador con 4-2, pero cuando podía machacar a su rival, volvió a fallar y le hicieron un break.

En el décimo set, el tenista de Manacor restaba para ganar el partido y pidio el ojo del halcón en una situación límite, y por suerte le valió para mantener el marcador empate a 15, aunque después no remató la jugada y se tuvo que decidir en el tie-break, donde el ojo del halcón fue decisivo para que el francés ganara por 8-6 y se metiera a la final contra todo pronóstico.