Fue un auténtico partido de grandes, de titanes, digno de Champions League. Nunca he estado en Anfield Road pero este estadio desprende una historia y una magia, 5 copas de Europa pesan, y su afición con el «You´ll never walk alone» es admirable. El partido para guerreros; de fuerza y de mucha, mucha intensidad.
EL Barca jugó una primera parte dormido, el Livepool intentó matar el partido rapido, buscando un gol que desanimase a los azulgrana. Riise estrelló un zambombazo en el larguero; luego Valdés concedio un despeje raso al centró que Sissoko volvio a mandar al travesaño; pero al descanso se llegó con el 0-0 tras una primera parte muy nerviosa de los culés.
En la segunda parte cambió la tónita, los «reds» retrasaron posiciones; sabedores de que sólo quedaban 45 minutos y que lo importante era no recibir 2 goles. A los 5 minutos estuvó la calsificación en las botas de Ronaldinho, tardó en aparecer, pero hizó una magnifica jugada que acabó en el palo; si ese balón hubiese entrado; aun hubieran quedado 40 minutos para conseguir el segundo.
No entró, el Barca pusó cerco al Liverpool, pero fue más un quiero y no puedo que otra cosa. Los de Rafa Benitez se encontraban muy comodos, bien replegados y no fallando en ninguna ayuda o cobertura, nuevo aprtidazo de Gerrard, a mi juicio, estrella en esta eliminatoria. A falta de 15 mins, con Eto´o ya fuera del terreno de juego; Gudjohnsen encontró el gol; tras un buen pase interior. Ya no pasó nada más, estuvó más cerca el gol ingles en alguna contra que el 0-2; al Barca ya le fallaban las fuerzas.
No hubo remontada, pero si un gran partido de futbol.