Con la guerra devastando Sudán y sin señales de un final próximo para la crítica crisis de hambre que ha generado, las agencias de la ONU y representantes de varios Estados se reunirán este miércoles en la Asamblea General en Nueva York para hacer un nuevo llamamiento a la acción urgente en favor de la población del país. Después de casi 18 meses de confrontaciones entre ejércitos rivales, más de 10 millones de personas han sido desplazadas, siendo la mitad de ellas niños.
Joyce Msuya, coordinadora interina del Socorro de Emergencia de la ONU, describe la situación como un “infierno” que ha endurecido el sufrimiento de la gente. Ha señalado que miles de civiles han perdido la vida, muchas comunidades se han visto desplazadas y privadas de alimentos, mientras que tanto niños como mujeres han sufrido violencia y abusos. Msuya subraya la urgencia de una respuesta internacional, solicitando acceso humanitario inmediato, mayor financiación para la respuesta a la crisis y medidas concretas para detener la guerra.
A pesar de los repetidos llamamientos del Consejo de Seguridad de la ONU para cesar las hostilidades, la violencia persiste. Las conversaciones de paz facilitadas por Estados Unidos en Suiza en agosto, junto con mediadores de Egipto, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos, resultaron en algunos compromisos para facilitar el acceso a la ayuda humanitaria desde Chad y Port Sudan. Sin embargo, la emergencia humanitaria se ha convertido en la mayor crisis de hambre en el mundo, con cerca de 26 millones de personas en Sudán sufriendo hambre aguda.
El Programa Mundial de Alimentos advirtió que, sin ayuda inmediata, cientos de miles de personas podrían perder la vida en los próximos meses. Aún más alarmantes son las estimaciones que indican que alrededor de cinco millones de niños y mujeres embarazadas y lactantes padecen desnutrición aguda. Además, las enfermedades se propagan con rapidez en comunidades cuya salud ya se ha visto comprometida debido a la desnutrición.
La atención sanitaria ha colapsado, con un aumento de casos de cólera y otras enfermedades, además de la educación interrumpida para los niños durante dos años consecutivos. Las agencias de la ONU también han indicado que la crisis está caracterizada por alarmantes niveles de violencia sexual y de género, lo que contribuye a debilitar aún más la situación de los más vulnerables.
Se estima que se necesitan 2,700 millones de dólares para ayudar a 14,7 millones de personas dentro de Sudán hasta fin de año, de los cuales solo se ha conseguido financiar el 49%. En cuanto al llamamiento de 1,500 millones de dólares para asistir a 3,3 millones de refugiados de Sudán en siete países vecinos, este cuenta con solo un 25% de financiación.
Filippo Grandi, Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, ha señalado que la estabilidad regional pende de un hilo, ya que los países limítrofes están acogiendo a un número creciente de refugiados, pero no tienen capacidad para asumir esta responsabilidad por sí solos. En la reunión de la Asamblea General de la ONU, se discutirá este y otros retos, con el compromiso de los participantes de apoyar al pueblo sudanés y buscar una resolución pacífica de la crisis.
La situación se retransmitirá en directo desde Nueva York, lo que permitirá a la comunidad internacional seguir de cerca los debates sobre una de las crisis humanitarias más graves del mundo contemporáneo. La población de Sudán, que ha soportado el peso de esta guerra durante más de 500 días, sigue aferrándose a la esperanza de un futuro mejor.
Fuente: ONU últimas noticias