John Carpenter ha vuelto, esta es la noticia. Después de 10 años, la gran noticia es que este maestro del terror vuelve a hacer cine, y ante eso casi da igual la calidad de la película.
The Ward es una película de terror clásica, a caballo entre el género de apariciones y el slasher; una cinta de suspense que John Carpenter ha hecho al trantrán, olvidándose de innovar y renunciando a sorprender a los fans que ansiaban su regreso.
Por esto, The Ward da la sensación de que es un calentamiento para recuperar el tacto y las sensaciones después de la larga ausencia, y el resultado es bueno, eficaz, una exhibición de estilo con el que Carpenter se ha quitado el óxido de encima. Un guión redondo y la inigualable habilidad de John Carpenter para rodar terror son suficientes para rememorar con The Ward el mejor cine de género de antaño.
Resulta brillante en la ejecución, el trabajo de iluminación es de cátedra y el juego de alternanza planos abiertos y cerrados (quizá es más propio del cine europeo) crean la atmosfera de suspense y de opresión ideal para la película que tenemos entre manos y que, por cierto, me ha recordado a un film del pasado año que no voy a decir porque sería un spoiler de la leche.
En resumen, John Carpenter está de vuelta, está en forma, por esto, nunca el escepticismo fue tan celebrado.