En 2022, los ingresos por impuestos ambientales en la Unión Europea (UE) ascendieron a 317.200 millones de euros, representando el 2,0% del producto interior bruto (PIB) de la UE. Esta cifra contrasta con los 330.200 millones de euros registrados en 2021, lo que refleja una disminución del 4% (13.000 millones de euros).
El retorno a la tendencia ascendente a largo plazo se observó tras los años excepcionales de 2020 y 2021, marcados por la pandemia de COVID-19. Sin embargo, 2022 destaca especialmente por la situación en los mercados energéticos. La caída en los ingresos totales por impuestos ambientales de 2021 a 2022 se debió en gran medida a una disminución de 15.100 millones de euros en los ingresos por impuestos energéticos, que totalizaron 243.000 millones de euros en 2022.
Por otro lado, los impuestos sobre la contaminación y los recursos aumentaron un 10% (1.200 millones de euros) y los impuestos sobre el transporte registraron un ligero incremento del 1% (809 millones de euros).
A nivel de la UE en 2022, las corporaciones generaron la mayor parte de los ingresos por impuestos ambientales, representando el 52% del total. Una porción significativa de esta contribución corporativa proviene de empresas de los sectores de manufactura, construcción, minería y servicios públicos (26%), así como del sector servicios (24%). Los hogares contribuyeron con el 45% de los ingresos totales por impuestos ambientales.
En 17 países de la UE, los hogares pagaron más del 40% de los ingresos totales por impuestos ambientales, variando entre el 60% en Dinamarca y casi el 40% en Malta.
A nivel nacional, las corporaciones contribuyeron en promedio con más del 50% de los ingresos fiscales totales en la mayoría de los países de la UE. Solo en unos pocos países, los no residentes aportaron significativamente a los ingresos por impuestos ambientales, siendo Luxemburgo el caso más destacado con una contribución del 46%.