Un nuevo informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) ha puesto de manifiesto la importancia del nitrógeno en la agricultura y los desafíos ambientales que su uso inadecuado puede generar. Según el documento, la gestión sostenible del nitrógeno es esencial para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en 2030, especialmente en lo que respecta a erradicar el hambre, mejorar la salud y garantizar el acceso al agua potable.
Thanawat Tiensin, subdirector general de la FAO, señaló que aunque se ha observado una mejora en la eficiencia del uso del nitrógeno en los últimos años, todavía queda un camino por recorrer. El nitrógeno es un elemento vital en la producción de alimentos, siendo un componente clave de aminoácidos y proteínas que son fundamentales para el crecimiento y desarrollo de plantas, animales y seres humanos.
No obstante, el uso excesivo de fertilizantes nitrogenados puede dañar gravemente la calidad del aire, el agua y el suelo, además de contribuir a la pérdida de biodiversidad y empeorar el cambio climático. En la actualidad, las actividades agrícolas e industriales añaden aproximadamente 150 teragramos de nitrógeno reactivo a la superficie terrestre cada año, y se estima que esta cifra podría aumentar a 600 teragramos anuales para 2100, un aumento alarmante que podría llevar a una mayor contaminación ambiental.
La contaminación por nitrógeno es más pronunciada en regiones como Norteamérica, Europa Occidental y algunos países asiáticos, donde el uso intensivo y a menudo incorrecto de fertilizantes ha causado un deterioro significativo. Por el contrario, naciones de renta baja y media enfrentan el problema opuesto: el acceso limitado a estos insumos está debilitando la calidad de sus suelos, lo que lleva a un deterioro de la productividad agrícola.
El informe subraya la necesidad urgente de adoptar un enfoque sensato y sostenible en el uso del nitrógeno, lo cual es crucial para prevenir la degradación del suelo y el agotamiento de nutrientes, al tiempo que se mejora el rendimiento de los cultivos. Los autores del informe proponen diversas recomendaciones para mejorar la eficiencia del nitrógeno en la cadena agroalimentaria, como fomentar el uso de fertilizantes orgánicos, implementar políticas que promuevan la redistribución del ganado y establecer directrices para mejorar la gestión del estiércol.
Asimismo, se sugiere a los gobiernos y al sector privado trabajar en conjunto para reducir el desperdicio de alimentos en todas las etapas del sistema agroalimentario y para integrar la gestión sostenible del nitrógeno en los programas de desarrollo agropecuario. Estas acciones son esenciales para proteger la salud humana y el medio ambiente, mientras se asegura la producción de alimentos en un mundo con una población en constante crecimiento.
Fuente: ONU últimas noticias