En una de las ediciones más extrañas que se recuerden en la historia del torneo de tenis de Wimbledon, el Grand Slam más añejo de la temporada, el local Andy Murray logró quedarse con la corona luego de superar a Novak Djokovic por parciales de 6-4, 7-5 y 6-4 en el All England, en un encuentro que mostró un número 1 del mundo bastante diezmado con respecto a lo que es su nivel habitual.
Lo cierto es que el triunfo de Murray ha sido especial sobre todo considerando que la anterior ocasión en la que se había impuesto en Wimbledon un británico había sido Fred Perry en 1936, lo que posteriormente le encumbraría como un héroe deportivo en su país. Aunque en su caso existía cierto recelo por ser escocés, y estar Escocia en un proceso de independencia del Reino Unido, de todos modos se considera la maldición quebrada.
Por otro lado, la victoria de Murray fue todo un gran negocio para los que habían apostado por él, considerando que el serbio llegaba con una leve supremacía en su historial con el escocés de Dunblane, ya que lo aventaja por 11 triunfos contra 7, y no sólo eso sino, que además le había ganado las últimas tres veces que estuvieron frente a frente, entre ellas el año pasado en la final de Shanghai.
De este modo, además, Murray corta en su carrera la obtención de hasta ahora un sólo Gran Slam, concretamente el US Open del año pasado en el que le ganó la final precisamente a Djokovic, y como además ha cortado la mencionada racha que decíamos, podemos estar casi seguros de encontrarnos en presencia del triunfo más importante de su carrera, a sus 26 años.
En cuanto al cuadro femenino, finalmente, se debe destacar que Marion Bartoli es la nueva reina, una vez que la tenista francesa, decimoquinta cabeza de serie, venció en la final a Sabine Lisicki, vigésimo terecra favorita. por 6-1 y 6-4 y se quedó con el Grand Slam.
