Más de 50 países, ciudades y organizaciones han adquirido nuevos compromisos para combatir la contaminación del aire y proteger la salud pública, con la ambición de reducir a la mitad los efectos mortales de este fenómeno antes de 2040. Este objetivo cuenta con el respaldo de una solicitud que ha reunido 47 millones de firmas de profesionales de la salud, pacientes y defensores de un aire limpio, instando a que la calidad del aire se convierta en una prioridad dentro de las políticas de salud pública.
La Segunda Conferencia Mundial de la OMS sobre Contaminación Atmosférica y Salud, coorganizada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Gobierno de Colombia en Cartagena, ha contado con la participación de más de 700 delegados de 100 países, incluidos jefes de Estado, ministros, científicos y representantes de la sociedad civil. Este encuentro se propuso acelerar la implementación de medidas frente a lo que es considerado una emergencia sanitaria global.
Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, enfatizó en una sesión de alto nivel: “Es hora de pasar de los compromisos a las acciones audaces”. Subrayó la necesidad de invertir en soluciones sostenibles, como energías limpias y transporte eficiente, y de aplicar las directrices de la OMS relativas a la calidad del aire. El objetivo común es claro: reducir en un 50% la incidencia de enfermedades atribuibles a la contaminación atmosférica para el año 2040.
Entre los compromisos específicos, países como Brasil, España, China y el Reino Unido han esbozado planes nacionales concretos. Además, el Fondo para un Aire Limpio ha prometido destinar 90 millones de dólares a programas climáticos y sanitarios, mientras que las ciudades de la red C40, como Londres, han acordado aumentar la vigilancia sobre la calidad del aire e incrementar la inversión en estrategias para garantizar un aire limpio.
La OMS advierte que la contaminación del aire causa anualmente alrededor de siete millones de muertes prematuras y se ha convertido en el segundo mayor factor de riesgo de enfermedades a nivel mundial, solo detrás de la hipertensión. Maria Neira, directora de Medio Ambiente, Cambio Climático y Salud de la OMS, indicó que este problema de salud pública es más apremiante en países con ciudades en rápida expansión y una regulación deficiente, pero sus efectos económicos y en la salud se sienten a nivel mundial.
No obstante, las autoridades de la OMS son optimistas. Neira citó el ejemplo de China, que ha logrado reducir emisiones mientras continúa creciendo económicamente, desafiando la noción de que las mejoras ambientales deben venir a expensas del desarrollo económico. Resaltó que las soluciones para un aire limpio, como las energías renovables y el diseño urbano adecuado, también son estrategias efectivas para mitigar el cambio climático.
Colombia, como anfitrión de la conferencia, destacó sus planes para implementar combustibles más limpios y un transporte público eléctrico, además de su objetivo de reducir las emisiones de carbono negro en un 40% para 2030. El presidente colombiano, Gustavo Petro, hizo hincapié en la seriedad del problema: «La contaminación atmosférica se cobra más víctimas que la propia violencia. Envenenar nuestro aire cuesta vidas en silencio». Mientras tanto, en Europa, se está avanzando hacia regulaciones más estrictas sobre la calidad del aire, con el Parlamento Europeo adoptando recientemente nuevas normativas para reducir las muertes atribuidas a la contaminación.
La Comisión Económica para Europa de las Naciones Unidas (CEPE) también participó en el evento, destacando el éxito de su Convenio sobre Contaminación Atmosférica Transfronteriza a Larga Distancia, que ha logrado reducciones significativas de emisiones en la región.
En este contexto, el sector sanitario ha sido un fuerte defensor del reconocimiento del aire limpio como un elemento fundamental en la prevención de enfermedades. Neira recordó que un llamamiento ha reunido 47 millones de firmas que piden un cambio en la forma en la que se aborda la atención de salud: «Quiero recetar aire limpio», expresó, enfatizando que es fundamental prevenir las enfermedades causadas por la exposición al aire contaminado.
Al concluir la conferencia, los delegados regresaron a sus países con una rica variedad de colaboraciones, datos y estrategias, pero también con la presión de actuar con urgencia en un asunto que ya no puede ser ignorado. «Ya ha pasado el momento de generar pruebas sobre la contaminación atmosférica. Tenemos muchas. Ya nadie puede decir que no lo sabía», concluyó Neira.
Fuente: ONU noticias Salud