Al fin, tras seis duros meses de continua competición, termina otra temporada NBA para dar el pistoletazo de salida a la auténtica pugna por llevarse el anillo de campeón: los Playoffs.
Varios equipos han logrado su billete para la post-temporada prácticamente sobre la bocina, mientras que otros han peleado por posicionarse lo más arriba posible y obtener de esta forma la ventaja de campo. No obstante, hay un equipo que ha sobresalido por encima del resto durante las 82 noches de Regular Season: Golden State Warriors.
Los de Oakland han cosechado un record de 67 victorias, por tan solo 15 derrotas. Nadie lograba algo parecido desde los Dallas Mavericks en el año 2007, equipo en el que debería fijarse el técnico Steve Kerr si desea prolongar la hazaña de los suyos hasta junio. Aquellos Mavs, liderados por Dirk Nowitzki, terminaron la temporada con el mismo balance que los actuales Warriors. Cosas de la vida, fueron apeados de la lucha por el campeonato en primera ronda por los propios Warriors (4-2). La relajación podría jugar una mala pasada y tirar por la borda una campaña, hasta el momento, para enmarcar.
La plantilla de GS ha visto como varios de sus jugadores daban un salto cualitativo, postulándose como merecedores de diversos galardones individuales a lo largo del curso. Su base y líder en la cancha, Stephen Curry, ha batido su record personal en triples y es favorito para llevarse el MVP, premio al mejor jugador de la temporada. Por otro lado, su «hermano» Klay Thompson ha incrementado notablemente sus guarismos, siendo al mismo tiempo un correoso defensor. También destaca la mejoría del dúo Green-Bogut, ambos serios candidatos al «Mejor Defensor del Año». Además, la fiabilidad de jugadores de banquillo sumada a un sólido quinteto inicial, hace a Golden State candidato a lo máximo. En la bahía de San Francisco lo saben, y están preparados. Es tiempo de Playoffs.