Dos de dos, ese es el balance que lleva la selección española de baloncesto en el torneo olímpico, si bien cabe decir que han sido ante dos de las selecciones más débiles del grupo. Estas dos victorias les sirve para seguir tomando el pulso de la competición en busca de retos mayores cuando se enfrenten a Rusia o Brasil, los rivales más duros de la primera fase.
El partido ante Australia finalizó con el resultado de 82 a 70, un resultado que demuestra la superioridad de España en el encuentro, en el que llegó a ganar por 20 puntos, pero sólo el pundonor de los australianos hizo que esa diferencia se redujera hasta los doce puntos finales.
Este se trataba de un partido trampa, ya que eran dos selecciones que se habían enfrentado varias ocasiones en partidos de preparación por lo que se conocían muy bien, además de disputarse en un horario poco convencional para nuestros jugadores y no poder contar con Juan Carlos Navarro.
El partido empezó muy igualado, con alternancias en el marcador entre los dos equipos, pero que al final del primer cuarto situaban a España cinco puntos abajo. Esto fue sólo un espejismo ya que en el segundo cuarto, los chicos de Scariolo sacaron todo su arsenal y dieron un golpe en la mesa con un parcial de 13 a 23, dando la vuelta al marcador.
Tras la vuelta del descanso y con los hermanos Gasol en la pista, España logró hacer un parcial de 10 a 26 a su rival, dejando de esta forma el partido visto para sentencia.
El último cuarto sólo sirvió para asegurar la victoria y que los australianos maquillasen un poco el resultado final.
El próximo día 2 de agosto nuestra selección se enfrentará a Gran Bretaña, la anfitriona del torneo y a la que ya nos costó derrotar en nuestro primer partido de preparación para el torneo.