Barry McCrea es un joven escritor irlandés que acaba de publicar Literati. La crítica lo compara con James Joyce por su nacionalidad y por la ubicación de la trama de su primera novela: Irlanda. Pero también por el estilo intimista-en primera persona-, por el lenguaje sencillo, sin florituras… por la exploración del yo.
En un ambiente universitario y gay, el protagonista descubre una especie de secta dedicada a los libros y decide añadirse no sin tener que luchar duro para hacerlo. La actividad principal de estas personas, envueltas en una constante aureola de misterio, es la de los Sortes. Si leéis el libro no os podréis estar y lo probaréis… porque, al menos, es curioso y divertido. Se trata de lanzar una pregunta al aire y coger un libro al azar, abrirlo y elegir un fragmento también al azar. Supuestamente allí estará la respuesta a su cuestión. A veces, francamente, el resultado da miedo ya que «misteriosamente» hace referencia a lo que se ha preguntado. Todo ello es simplemente muy entretenido pero algún conocido supersticioso incluso ha llegado a coger miedo debido a la inquietante certeza de las predicciones.
Este método adivinatorio es una actividad que está documentada y que ya era utilizada por civilizaciones antiguas. Sabiamente ensalada por la imaginación de McCrea resulta atrayente, exitosa y didáctica ya que se usan obras y escritores conocidos de la literatura universal. Además, debido a esta afición enfermiza a los sortes, el chico protagonista se adentra en un mundo caótico, claustrofóbico y en muchas ocasiones onírico y delirante que atrae al lector.
La temática hace pensar en otras obras basadas en juegos con las palabras y con la literatura. Hace pensar en Rayuela de Julio Cortázar (un libro que tiene sentido independientemente del capítulo por el que se empiece a leer), hace pensar en El manuscrito de Virgilio de Miguel Pairolí y sobre todo hace pensar en los cuentos de Joyce. ¿Lo quieres leer?
Fuente: mar en proa