Muchos aficionados serios de la CF suelen rezarle a una especie de Dios con tres cabezas: Isaac Asimov, Robert Heinlein y Arthur C. Clarke. Ya conocéis mi dispar opinión sobre los dos primeros autores, ahora ha llegado la hora de hablar del tercero.
Clarke pertenece a esa distinguida subespecie de escritores de CF que realmente saben de lo que hablan. Científico antes que escritor, ello no le hace descuidar cuestiones importantes como el desarrollo de los personajes y un cuidado, no siempre del todo esmerado, con las formas.
Pertenece al autor una de las obras puntal de la CF de todos los tiempos 2001 una odisea espacial (2001: A Space Odyssey, 1968, Hutchinson), llevada magistralmente al cine por Stanley Kubrick. Pero no es de 2001 de lo que me apetece hablar hoy…
Cita con Rama (Redezvous with Rama, 1972, Harcourt Brace Jovanovich), publicada cuatro años después es para mi una obra muy superior y que desvela a un Arthur C. Clarke mucho más brillante tanto en la temática humanística como en la necesaria dosis de aventura. Cita con Rama es un libro que se lee de forma compulsiva, aprovechando para hacerlo todos los momentos y circunstancias en la ello es posible (sin comentarios, por favor). El lector se encuentra atrapado en un torbellino continuado de sorpresas e inesperados que no finaliza siquiera en la última página. Como si de un libro de novela negra se tratara, la última frase llega a nuestra mente consciente con la contundencia de un disparo y nos hace exclamar (en mi caso, seguramente, en voz alta): por supuesto.
Al finalizar la lectura de este libro uno no puede no sentir la imperiosa necesidad de salir corriendo a la librería para comprar la secuela del mismo: Rama II (Rama II,1982, Orion), escrito por Clarke en colaboración con Gentry Lee (en realidad escrito por Gentry Lee bajo la supervisión superficial de Arthur C. Clarke). ¡Qué decepción!, la narración ágil de su antecesora se convierte aquí en un acartonado estilo en el que la acción avanza a trompicones de la mano de unos personajes que de tan lineales parecen recortados en papel periódico. Sólo la necesidad de completar lo que yo siempre pensé que sería una trilogía me llevó a torturarme con la lectura del siguiente volumen de la saga: El Jardín de Rama (The Garden of Rama, 1991, Gollancz) del mismo equipo Lee-Clarke. Más de lo mismo, una lectura que no llega a valer el tiempo que se invierte en ella.
Rama Revelada (Rama Revealed, 1993, Gollancz), tuvo que esperar por mi para que lo leyera. Sólo mi tozudez al parecer innata (y que solamente el Ulises de Joyce y La isla del día antes de Eco han sido más fuertes, aunque por distintas razones) para terminar una lectura iniciada me llevó años después a las páginas de este libro. Esto al final resultó ser bueno. La colaboración Lee-Clarke parece haber dado al fin algo bueno de si. Los personajes conocidos ganan repentinamente profundidad y las historias con cierto «rintintin» de moralina barata de los dos anteriores volúmenes se convierte aquí en una mucho más seria disquisición sobre la naturaleza humana… y sobre humana. Una verdadera lástima que para llegar a entender Rama Revelada no sea posible ahorrase el calvario de las anteriores lecturas poder saltar de Cita con Rama directamente a Rama Revelada sería todo un detalle.
De todas maneras, Clarke es un autor que probablemente no pasará a la posteridad por su obra de CF. No tiene la calidad de un Heinlein ni la profusa obra de un Asimov. Posiblemente su recuerdo se base en su aportación a la Ciencia… sin Ficción.