El ojo humano es capaz de percibir hasta 60 fotogramas por segundo (fps) en condiciones normales, según los expertos. Sin embargo, algunos estudios recientes sugieren que en condiciones óptimas, el ojo humano podría ser capaz de distinguir hasta 220 fps.
Esta capacidad de percepción se debe a la forma en que el ojo y el cerebro procesan la información visual. Aunque el ojo humano no ve el mundo como una secuencia continua de imágenes, sino que percibe una imagen durante un breve período de tiempo antes de cambiar a la siguiente, la velocidad a la que percibimos estas imágenes es limitada.
En general, la mayoría de las personas no pueden notar la diferencia entre un video con una tasa de fotogramas mayor a 60 fps. Sin embargo, para ciertas aplicaciones, como los videojuegos o la realidad virtual, donde la fluidez y la precisión de la imagen en movimiento son fundamentales, una mayor tasa de fotogramas por segundo puede marcar la diferencia en la experiencia visual.
En última instancia, la capacidad del ojo humano para percibir una mayor tasa de fps en condiciones óptimas tiene implicaciones en el desarrollo de tecnologías visuales y en la manera en que se diseñan y se experimentan los medios visuales. A medida que la tecnología avanza, es posible que se busquen formas de aprovechar al máximo esta capacidad de percepción visual para mejorar la experiencia visual de las personas en diversas aplicaciones.
