La anfitriona se despide de su gran evento de este año, la Eurocopa de fútbol 2012, tras el partido disputado ante la selección de la República Checa. Un quiero y no puedo lo de la selección polaca este año, una selección que ha jugado magníficamente y ha dejado momentos deslumbrantes este año pero quedaba la sensación que sus pilas se gastaban tras la primera parte de sus encuentros, le pasó con Grecia, le pasó con Rusia y les ha vuelto a pasar con el combinado checo. La República Checa por el contrario, en este partido se ha comportado como una autentica fiera, conscientes de que la victoria les llevaba directamente a cuartos, no han parado de generar ocasiones y peligro en todo el partido. Todo ha terminado 1-0 con la alegría de los checos y las lágrimas de la anfitriona.
La primera parte ha comenzado con sabor polaco. Los de Smuda han sabido mover el balón creando verdaderos peligros en el área checa que no supieron resolver. El dominio era polaco, el balón era polaco, el juego era polaco, el público era polaco, lo tenían todo dominado. Pero no han sabido ejecutar. Como una pelota de playa, el conjunto de Polonia se han ido desinchando y desinchando hasta que el elixir del buen juego se les ha agotado. Los checos, en ese momento sabían que con un empate les bastaba. Aun no conocían que un gol de Grecia iba a repercutir en el ánimo checo.
La segunda parte, con el balón desinchando de Polonia estorbando en el campo, los polacos atacaban con todo lo que tenían. Llegaron noticias de Varsovia, Grecia anotaba y se clasificaba para cuartos. Con el resultado actual, la República Checa no tenía opciones. Como si de un misil se tratara, en el minuto 72, Jirácek marcaba de cabeza y firmaba la victoria checa. El resto del partido también fue del conjunto checo, salvo una oportunidad peligrosisima made in Blaszczykowski, que supo despejar un defensa casi bajo palos.
