El traumatólogo Dr. Asier Cuéllar de la Policlínica Gipuzkoa ha resaltado la creciente prevalencia de las lesiones del ligamento cruzado anterior (LCA) en deportes que implican torsiones y rotaciones bruscas, como el fútbol, baloncesto y balonmano. Según Cuéllar, estas lesiones afectan principalmente a personas entre 15 y 40 años y son tres veces más comunes en mujeres que en hombres debido a diferencias en la fortaleza muscular, control neuromuscular y alineación pélvica.
El ligamento cruzado anterior, situado en el centro de la rodilla, es esencial para la estabilidad articular, conectando la tibia con el fémur. Las lesiones a menudo implican otras estructuras de la rodilla, como los meniscos y pueden ocasionar edemas o fracturas. El diagnóstico inicial se realiza clínicamente mientras que la confirmación se obtiene mediante una resonancia magnética.
Cuéllar explica que la decisión de optar por cirugía o tratamiento conservador depende de la gravedad de la lesión y el nivel de actividad física del paciente. En deportistas y personas jóvenes, la cirugía es generalmente la opción preferida, realizándose a través de artroscopia con injertos autólogos, usualmente tomados del tendón de la rótula, cuádriceps o corva.
El especialista subraya que la cirugía del LCA tiene una alta tasa de éxito y un buen pronóstico, aunque la recuperación puede tardar entre 8 y 10 meses. A futuro, el objetivo es acortar los tiempos de recuperación y hospitalización, buscando que los procedimientos sean menos invasivos y permitan que los pacientes puedan retornar a casa el mismo día de la operación.
En un vídeo disponible, se muestra el procedimiento detallado del trenzado de tendones para sustituir el ligamento cruzado anterior dañado. Este esfuerzo se enfoca en asegurar una recuperación menos dolorosa y con menos complicaciones, mejorando la calidad de vida de los pacientes.