En un esfuerzo por redefinir el marketing en el sector financiero, Lazza Global ha aprovechado la reciente edición de la Maratón de Medellín para establecer un enfoque innovador sobre cómo construir una marca a través de experiencias tangibles. No se trató solo de un patrocinio más; la firma de inversión latinoamericana ha creado un caso de estudio que fusiona la alta competencia deportiva con estrategias de posicionamiento efectivas.
En un contexto donde la saturación de canales digitales hace difícil captar la atención del consumidor, Lazza Global decidió innovar mediante una fuerte presencia en el evento deportivo. Esta aproximación no solo transformó la maratón en un espectáculo deportivo, sino que también permitió a la empresa conectar con sus clientes de una forma más profunda y significativa. La firma identificó una sinergia entre la mentalidad del corredor de fondo y la del inversor a largo plazo, destacando cualidades como la disciplina, resistencia y objetivos claros.
El rendimiento de los atletas patrocinados por la marca, como Joseph Kiprono, quien se alzó campeón en la distancia de 21 kilómetros, y Titus Kipjumba, subcampeón en los 42 kilómetros, sirve como prueba tangible de su compromiso hacia la excelencia, proyectando así la promesa de la marca a sus clientes. Sin embargo, la estrategia más astuta fue la movilización de su comunidad: cientos de corredores aficionados formaron el «Team Lazza Global», convirtiéndose en embajadores orgánicos de la marca. Esta «marea naranja», característica del evento, generó un impacto visual y emocional que se tradujo en una conexión más sólida con el público.
La participación de Lazza Global se robusteció aún más en la Expo Runners, donde su stand se convirtió en un punto clave para el compromiso y la interacción, permitiendo a la empresa capturar datos valiosos y reforzar su mensaje en un entorno propicio.
En conclusión, la actuación de Lazza Global en la Maratón de Medellín ofrece una lección valiosa sobre cómo los servicios financieros pueden y deben invertir en experiencias que refuercen la lealtad del cliente. La estrategia demuestra que, en la carrera por la relevancia, salir al asfalto puede ser tan efectivo como cualquier campaña publicitaria tradicional.