¡Italia Campeona!

CannavaroItalia gana su cuarto Mundial 24 años después de hacerlo en España. Los italianos se impusieron a la selección francesa en la tanda de penaltis y se redimieron de la final perdida en 1994 frente a Brasil desde los 11 metros. Triste despedida de Zidane, que fue expulsado por un cabezazo a Materazzi en la prórroga.

Ya tenemos nuevos reyes del fútbol. Los italianos se proclamaron esta noche campeones del mundo, aunque esta vez sin la brillantez con la que se impusieron a Alemania en las semifinales. Seguramente este partido será recordado, desgraciadamente, por la absurda expulsión de Zinedine Zidane, que pone un triste broche final a la carrera del mejor jugador del planeta desde Maradona. Zidane no se merecía terminar así. Es incomprensible que un jugador de su veteranía “caiga” en la trampa de la provocación de Materazzi. Me causa una gran tristeza pensar que la última imagen de Zidane en un terreno de juego sea la de un Zidane llorando retirándose al vestuario con la Copa del Mundo detrás de el.

Pero hablemos del partido. El encuentro comenzó de una manera trepidante, con un encontronazo de Cannavaro con Henry, que dejó a este último medio groggy. A los 5 minutos, y tras una buena jugada de los franceses, Malouda fue derribado por Materazzi dentro del área. El argentino Horacio Elizondo señaló pena máxima. El encargado de lanzarlo fue Zidane, que lo materializó lanzándolo a lo Panenka y tras tocar el balón en el larguero. A partir de ese momento Pirlo se adueñó del partido. Los italianos empataron el encuentra tras la salida de un corner que remató de manera soberbia Materazzi, adelantándose a el francés Vieria. Tras el empate los italianos dejaron de tener el mando del partido y empezaron a especular con el resultado hasta el descanso. En la segunda mitad los franceses salieron en tromba a por el partido y dispusieron de varias ocasiones de gol. Este dominio terminó, gracias a los cambios de Lippi y a una inoportuna lesión de Vieria. El partido se veía abocado a los penaltis, dada la poca iniciativa de los italianos, que con un hombre más no buscaron la portería rival, y el cansancio de los franceses. Y el partido se resolvió en los fatídicos penaltis. Trezeguet falló, e Italia rompía su maleficio de los 11 metros y se proclamaba campeona del mundo.

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