La devastación provocada por el huracán Melissa en el Caribe ha dejado a Haití en una situación crítica, tal como destacó el jueves Lola Castro, directora regional del Programa Mundial de Alimentos (PMA). Durante su visita a la región, Castro subrayó la importancia de mantener la atención internacional hacia Haití, un país que enfrenta una de las emergencias humanitarias más complejas del mundo. La crisis se agrava por factores como la violencia, el desplazamiento forzado y una inseguridad alimentaria que afecta a una gran parte de la población.
El huracán, que alcanzó categoría 5, ha impactado a aproximadamente seis millones de personas en varias naciones caribeñas, incluyendo Jamaica, Cuba y la República Dominicana, pero su mayor impacto se ha sentido en Haití. En el sur del país, las torrenciales lluvias provocaron inundaciones que arrebataron la vida de al menos 25 personas en Petit-Goâve, donde muchas familias se vieron obligadas a huir entre lodo y corrientes peligrosas. Los relatos de Castro reflejan la desesperación en la región, donde la población ha perdido no solo sus cultivos y viviendas, sino también a sus seres queridos.
Haití se encuentra entre los cinco países más afectados por la inseguridad alimentaria a nivel global. Actualmente, más de 5,7 millones de haitianos no tienen acceso suficiente a alimentos, y 1,4 millones están desplazados. En respuesta a esta crisis, el PMA ha intensificado sus esfuerzos humanitarios, distribuyendo tanto alimentos como transferencias de efectivo. Castro compartió que gracias a la ayuda anticipatoria proporcionada antes del huracán, más de 50.000 personas pudieron prepararse mejor ante el desastre. «Las mujeres me dijeron que el efectivo les permite decidir qué comprar: alimentos, productos básicos, lo que necesitan con dignidad», resaltó Castro.
Sin embargo, la labor del PMA se ve dificultada por la violencia en el país, donde cerca del 90% de Puerto Príncipe está bajo el control de pandillas. A pesar de estas adversidades, la organización ha logrado acceder a zonas vulnerables mediante negociaciones constantes y el uso de diversos medios logísticos, lo que les permite brindar asistencia a comunidades en situaciones cambiantes.
El impacto de Melissa también ha sido devastador en otras partes del Caribe. En Jamaica, el huracán destruyó cosechas y afectó gravemente la infraestructura pesquera, obligando a muchos pescadores a enfrentar la pérdida de sus embarcaciones y motores. En Cuba, las provincias orientales sufrieron daños extensos, aunque las evacuaciones tempranas ayudaron a evitar pérdidas de vidas; más de 800.000 personas se vieron obligadas a trasladarse a albergues, mientras que vastas áreas agrícolas quedaron devastadas.
Ante la necesidad urgente de mejorar la preparación para fenómenos climáticos extremos, Castro hizo un llamado a aumentar inversiones en acciones anticipatorias, seguros climáticos y mecanismos de protección social que ayuden a reducir la recurrencia de crisis alimentarias. El PMA ha solicitado un financiamiento de 83 millones de dólares para asistir a 1,3 millones de personas afectadas por el huracán en la región. «Hemos recibido la mitad del financiamiento necesario. Necesitamos el resto para apoyar la recuperación y reconstrucción de los medios de vida», concluyó la directora, enfatizando la importancia de una respuesta coordinada y efectiva en un momento crítico para Haití y el Caribe.
Fuente: ONU últimas noticias





