La incorporación de la inteligencia artificial (IA) en la prevención de riesgos laborales (PRL) está marcando un antes y un después en la gestión de la seguridad en el trabajo. Este avance tecnológico está transformando el sector al permitir una gestión más ágil de los datos, facilitando la predicción de accidentes y adaptando las medidas de seguridad a las necesidades específicas de cada empresa.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha destacado que la IA no solo complementa el trabajo de los técnicos de PRL, sino que potencia su capacidad de actuación. Gracias a herramientas basadas en IA, los profesionales pueden identificar patrones que antes eran invisibles y tomar decisiones más rápidas apoyadas en datos concretos.
Ya se están implementando diversas aplicaciones en el ámbito de PRL. Entre ellas se encuentran sistemas de visión artificial que permiten detectar infracciones en tiempo real, como la colocación incorrecta de Equipos de Protección Individual (EPIS) o la identificación de zonas peligrosas. Además, se están utilizando análisis predictivos que cruzan datos históricos de accidentes con datos de producción, con el fin de anticipar puntos críticos y prevenir incidentes.
La digitalización también ha permitido la creación de herramientas en tiempo real y cursos online sobre riesgos específicos, así como plataformas de IA que ofrecen sugerencias para mejorar procesos de trabajo y producción.
Sin embargo, esta transformación tecnológica plantea nuevos retos para los profesionales del sector. Para adaptarse a estas innovaciones, se requerirán competencias adicionales, como la interpretación de datos y el uso de herramientas digitales, así como una visión estratégica que permita aprovechar al máximo estas nuevas tecnologías.
Expertos en la materia señalan que la clave no radica únicamente en integrar tecnología, sino en cultivar una cultura preventiva que esté más conectada con los datos y menos apegada a la intuición o reactividad.
De cara al futuro, es evidente que la inteligencia artificial no sustituirá el criterio humano, pero se está consolidando como una herramienta esencial en la mejora cualitativa de los entornos laborales. La automatización de tareas rutinarias y la detección anticipada de situaciones de peligro posicionan a la IA como un aliado indispensable en la creación de espacios de trabajo más seguros.