El autobús del Real Madrid recibió varias pedradas cuando iba al hotel, rompiendo varias lunas, pero por suerte no provocó ningún lesionado, aunque el problema de estas personas, que no buscan ni lesionar a un jugador, sino que lo hacen porque sí.
Estos aficionados, que se suelen llamar ultras o radicales, tendrían que desaparecer del mundo del fútbol, ya que no hacen ningún bien a este deporte, ni a otro. No solo por los deperdicios que ocasionan o el daño a la imagen del club, sino porque estropean lo bonito que es el deporte.