Es el título que se me ocurre después de ver el partido del Barcelona y el Real Madrid, porque hoy he cambiado todos mis planes, he modificado mi agenda pensando que iba a ver un grandísimo partido, y lo que me he encontrado ha sido un partido más del Barcelona ante un rival pequeño, y es que el Madrid no ha mostrado mejor cara que otros equipos.
El partido estuvo roto desde el primer segundo, con Marcelo de lateral izquierdo, y con Cristiano Ronaldo en la banda de Abidal, en lugar de la de Daniel Alves, se demostró que Mourinho no había planteado muy bien el encuentro, hasta el punto que en los primeros 20 minutos el conjunto azulgrana iba 2-0, goles de Xavi y Pedro, y con la posesión del balón.
Además, los cambios de Mourinho llegaron tarde y mal, porque metió a Lass Diarra en lugar de Ozil, que no se enteraba pero ponía algo de cabeza cuando tocaba el balón, y encima en diez minutos llegaron dos goles más, en esta ocasión Villa hizo un doblete, para callar al portugués, al final Jeffren puso la manita y la alegría en el Camp Nou.