España pagó cara su debilidad defensiva

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Una vez más se pagó en exceso la falta de intensidad defensiva, demasiado fácil entraban los islandeses por el centro de la defensa española, y eso se paga caro y más cuando no se consigue ponerse por delante en ningún momento, y es que se remontaban las diferencias, se empataba y poco después volvían otra vez a escaparse y eso en una semifinales de los Juegos Olímpicos no se puede permitir. 

España no comenzó nada bien el partido, sorprendentemente y a pesar de tener superioridad numérica y dos paradones de Barrufet el marcador reflejaba un 5-0 en tan solo cuatro minutos, y el problema seguía a pesar que el seleccionador pidió un tiempo muerto, ya que otra vez volvían a ser el débil equipo en facetas defensivas.

Aunque una jugada de garra de Iker Romero, que después de perder el balón lo recuperó y marcó gol, eso hizo que todo el equipo se contagiara de la garra de la estrella española y pudieron dejar un 8-7 en el marcador, y poco después empatar a 9, aunque la alegría no duró mucho y una nueva empanada defensiva hacía que los islandeses se escaparan en el marcado 13-9, y otra vez después de empatar a 13 los españoles tuvieron una pájara que dejó el marcador 17-15.

El comienzo del segundo tiempo empezó igual que el primero, sin correr hacía atrás y viendo como los islandeses se iban en el marcador, y es que ellos si que aprovechaban la superioridad numérica hasta irse otra vez de cinco goles.

En el minuto quince del segundo tiempo llegó la jugada clave, porque España se podía haber acercado a dos goles y en tres contragolpes se pusieron a cinco otra vez los islandeses, rompiendo prácticamente las esperanzas de los nuestros, entre otras cosas porque la defensa era la misma que durante todo el campeonato, es decir, «una puta mierda».

Los últimos minutos eran un querer y no poder, entre otras cosas porque no se defendía nada y el resultado final de 36-30