El Sánchez Pizjuán se quedó con toda la gente de pie y celebrando el pase a las semifinales, algo que necesitaban los sevillanos y sobretodo Manolo Jiménez, que estaba más que cuestionado, y una derrota le podía haber costado el puesto, mientras que los valencianos se han quedado muy desilusionados después de estar todo el partido clasificado, y no podrán conseguir el objetivo de jugar el título en su casa.
Marchena consiguió abrir el partido en tan solo 8 minutos, a partir de ahí todo entró en peleas, discusiones y tarjetas, ya que Teixeira sacó la mano a pasear y sacó tres tarjetas, el propio Marchena, Kanouté y Silva, por protestar, justo antes que el de Malí consiguiera empatar con un remate picado y que César Sánchez podía haber hecho algo más.
Con el empate a uno transcurría todo el segundo tiempo, con un Valencia que perdía tiempo siempre que podía y se dejaban caer cuando su rival conseguía enganchar tres jugadas de toque y rápida, así que todo iba de lujo hasta que llegó el remate de Squillaci y el definitivo 2-1.