En el contexto de la lucha contra la trata de personas y el tráfico ilícito de migrantes, la figura del fiscal se vuelve esencial para garantizar que las víctimas tengan acceso a la justicia. Este papel incluye la realización de investigaciones en colaboración con las fuerzas del orden, la recopilación de pruebas, la presentación de casos ante los tribunales, la interpelación de testigos y la formulación de cargos adecuados contra los sospechosos.
Alejandra Mangano, fiscal federal de Buenos Aires, Argentina, y coordinadora de la Red Iberoamericana de Fiscales Especializados en Trata de Personas y Tráfico Ilícito de Migrantes, explica la complejidad de su labor. «He trabajado en el sistema de justicia penal toda mi vida, desde que tenía 18 años», señala, destacando su experiencia de más de 15 años en casos relacionados con delitos como la explotación sexual y la trabajo forzado, en ocasiones vinculados a organizaciones criminales transnacionales.
Mangano hace hincapié en la relación entre el tráfico ilícito de migrantes y la trata de personas, aclarando que aunque son delitos distintos, a menudo están interconectados. «El tráfico ilícito a menudo es el punto de partida, y los migrantes pueden convertirse en víctimas de trata durante su viaje», comenta. En un país como Argentina, que es frecuentemente un país de tránsito para migrantes de diversas partes del mundo, el riesgo de explotación es considerable. La fiscal advierte que «cuando alguien abandona su hogar, pierde la red de seguridad de la familia y amigos, lo que los hace muy vulnerables a la explotación».
La labor del fiscal comienza con la presentación de una denuncia, marcando el inicio de una investigación minuciosa que puede llevar tiempo. Mangano resalta que establecer contacto con las víctimas es una de las fases más delicadas del proceso, ya que muchas están en situaciones de vulnerabilidad extrema y pueden no reconocerse como víctimas o tener temor a testificar. En este contexto, los traficantes emplean tácticas de intimidación y manipulación para obstruir la justicia, una situación que complica aún más el trabajo del fiscal.
Uno de los casos más emblemáticos en la trayectoria de Mangano es el de Alika Kinan, una mujer que sufrió más de diez años de explotación sexual. Su historia, marcada por la vulnerabilidad y el abuso, culminó con un rescate policial en 2012 y su posterior lucha legal contra sus explotadores, así como contra las autoridades por no protegerla adecuadamente. Kinan se ha convertido en un símbolo de la lucha contra la trata de personas, ahora brindando apoyo a otras víctimas.
Mangano también destaca la importancia de la cooperación internacional en esta área. La trata de personas y el tráfico ilícito de migrantes rara vez se limitan a un solo país; a menudo, las víctimas son de un lugar, los delincuentes de otro y los beneficios económicos se transfieren a terceros. Para abordar este desafío global, el reciente Foro Internacional de Fiscales en Viena ha reunido fiscales de aproximadamente 60 países, buscando crear una red mundial que fortalezca la colaboración y la lucha contra estos crímenes atroces. Según Mangano, «este foro es un paso fundamental en la lucha contra la trata de personas y el tráfico ilícito de migrantes».
Fuente: ONU últimas noticias