Hoy se celebra el Día Mundial de la Alimentación, un evento que este año adquiere un significado especial al coincidir con el 80º aniversario de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Bajo el lema “De la mano por una mejor alimentación y un mejor futuro”, dignatarios y líderes mundiales se han reunido en la sede de la FAO en Roma para reafirmar su compromiso en la lucha contra el hambre, la malnutrición y la fragilidad de los sistemas alimentarios globales.
En un discurso contundente, el Papa León XIV hizo un llamado a la comunidad internacional para intensificar los esfuerzos hacia la erradicación del hambre y la promoción de la paz. Destacó que esta lucha no recae únicamente en gobiernos y organismos internacionales, sino que es un compromiso de toda la sociedad. El Papa recordó que el sufrimiento de quienes pasan hambre debe ser sentido como propio, enfatizando que cada persona tiene una responsabilidad en esta problemática.
El Papa también lamentó que, a pesar de los avances tecnológicos y científicos, actualmente hay 673 millones de personas en el mundo que sufren hambre severa y 2300 millones que no tienen acceso a una alimentación adecuada. Esta situación ha generado una crisis humanitaria que no solo pone en riesgo el desarrollo, sino que también obliga a migraciones forzadas. Según él, esta es una manifestación de una economía “sin alma” que permite el desperdicio masivo de alimentos mientras otros enfrentan la carencia más básica.
El pontífice hizo hincapié en situaciones críticas en lugares como Gaza y Ucrania, donde el uso de alimentos como arma de guerra contradice el trabajo realizado por la FAO en las últimas ocho décadas. El Papa instó a que se protejan a los civiles y que se garantice su derecho a la alimentación en medio de conflictos que intensifican la inseguridad alimentaria.
Además, León XIV subrayó la necesidad de un multilateralismo renovado, construído sobre la cooperación sincera, para alcanzar los objetivos de la Agenda 2030 y poner fin al hambre. Destacó el imprescindible papel de la mujer en la seguridad alimentaria y el desarrollo sostenible, defendiendo que la mujer es “una arquitecta de la supervivencia”.
Finalmente, el Papa hizo un llamado a la acción conjunta, invitando a los actores internacionales a trascender las divisiones y adoptar una ética de solidaridad que priorice a las personas por encima del beneficio económico. Concluyó su exhortación inspirando a construir un futuro justo, donde la seguridad alimentaria sea un derecho garantizado para todos, y recordando que el hambre no es un destino inevitable, sino una responsabilidad colectiva.
Fuente: ONU últimas noticias





