Llega un momento de la temporada en el que los analistas y periodistas deportivos, los profesionales del deporte, más concretamente los del fútbol, y todas aquellas personas que sientan cátedra cada día desde un medio de comunicación o desde la barra de un bar, necesitan decir «aquí estoy yo, atiende, escúchame, léeme o mírame porque sé quién mató a Kennedy», o mejor dicho: ahora voy y te cuento quién va a ganar la Liga. O como en este caso, quién la va a perder.
Y te lo dicen sin ningún género de duda, con firmeza, muy serios, con la mirada fija en ti y el mismo gesto con el que el Padre Manuel me ponía la mano en el hombro cuando era un chaval y me decía «mira Javier, que si eres bueno irás al cielo ¿eh?, pero si eres malo… Ay de ti si eres malo bandido…».
Y tú vas y te lo crees, aunque claro, luego llegas a casa y piensas que la temporada es muy larga, los equipos que hoy están bien mañana están fatal, y viceversa… Pero vamos a ver, ¿realmente el Madrid tenía la Liga ganada?
Te miras al espejo mientras te cepillas los dientes antes de meterte en la cama y te dices que son tres puntos por partido, que quedan varias jornadas, que si están las lesiones, el cansancio, los nervios, la suerte…
Porque quién no ha visto remontadas épicas. Quién no recuerda aquel pase de Sanchís a Buyo en Tenerife y el posterior gol de Pier. ¿Y el penalti de Djukic o el Tamudazo…?
Bueno, en definitiva, que como dicen casi todos el Madrid ha tirado la Liga. O no.
