En un verdadero partidazo, de los mejores que hemos visto a nivel europeo probablemente junto con la misma final de la Champions entre el Bayern Munich y el Borussia Dortmund, los bávaros se han impuesto al Chelsea para quedarse con el campeonato que se define entre el ganador del primer torneo continental y el de la Europa League, en este caso los británicos.
En este sentido, el encuentro comenzó favorable para los de José Mourinho, cuando el niño Torres anotó antes de los diez minutos de partido, poniendo todo de contra para los de Pep Guardiola, en un partido en el que ambos paradigmas estaban claramente identificados, a partir de un Bayern cn el balón e intentando tocar hasta encontrar huecos, y un Chelsea que se mostraba amenazante de contragolpe.
Sin embargo, y luego de varias oportunidades de anotación para ambos conjuntos, fue Frank Ribery quien aprovechó un hueco en la defensa de los ingleses para meterse hacia el centro y sacar un enorme remate que se coló en el primer palo de un Peter Cech que nada pudo hacer al respecto. Quedaba cerca de media hora de juego y todo parecía para los alemanes, especialmente a partir de la expulsión de Ramires por una terrible plancha sobre Mario Gotze, que estará tres semanas inactivos.
De todos modos, y a pesar de la presión del Bayern, el encuentro se fue a tiempo suplementario, y prácticamente en una de las primeras acciones de peligro fue Hazard, de gran encuentro, el que batió a Neuer para poner al Chelsea nuevamente arriba. Desde allí y hasta el final fue un ir constante de los alemanes, que sólo pudieron igualar en la última jugada del encuentro gracias a un remate de Javi Martínez llegando prácticamente sin marca en el área pequeña.
Los penales esperaban a ambos entrenados, y si bien durante los primeros nueve remates los arqueros, que habían sido figura hasta allí, apenas tuvieron ocasiones de pasar cerca de la pelota, fue Romeo Lukaku el desafortunado que cruzó su disparo, que fue detenido por Neuer para darle el título a los de Guardiola.