El Bayern Munich no ha sido ni la sombra de aquel equipo que consiguió una champions y llegar a la final de otra, y es que el equipo de Klinsman fue una auténtica marioneta ante un Barcelona que no quiso hacer más herida a un rival hundido, ya que el cuatro a cero podría haber sido mucho más si lo hubieran necesitado.
Como si fuera un rodillo los jugadores azulgranas llegaban una y otra vez a la portería defendida por But, y es que la defensa improvisada del Bayern estaba muy blanda, y se sabía que todo iba a depender de la efectividad de los delanteros, y fue máxima en el primer tiempo con un cuatro de cinco en tiros a pueta.
Messi fue el primero en abrir el marcador, mientras que después Eto’o comenzaba a crear brecha, antes de eso el delantero camerunés no acertó entre los tres palos después de regatear al portero alemán, otra vez Messi y por último Henry, que este año si que es el jugador que se esperaba de él cerraron el marcador.
El Camp Nou se rindió a los pies de Messi y ovacionó a Van Bommel, titular en la final de París, cuando fue cambiado por su entrenador en el segundo tiempo, además todo fue perfecto porque algún jugador forzó la segunda amarilla para ir limpio a semifinales.