A medida que los desafíos globales se intensifican, gobiernos, sociedad civil y socios internacionales se reunieron en Doha este lunes para debatir soluciones concretas que impulsen el desarrollo social y aborden crisis urgentes como el aumento del hambre y la pobreza, la desigualdad y la inestabilidad provocada por el cambio climático. Las discusiones se llevaron a cabo durante el Foro de Soluciones de Doha para el Desarrollo Social y en la primera reunión de líderes de la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza, actividades que se realizan en el marco de la Segunda Cumbre Mundial para el Desarrollo Social.
Al abrir el Foro, la presidenta de la Asamblea General de la ONU, Annalena Baerbock, destacó que el evento simboliza un cambio en la forma de abordar los problemas, de simplemente «admirar el problema» a actuar sobre soluciones comprobadas. «Demasiadas veces nos enfrentamos a situaciones en las que no tenemos una solución clara para el sufrimiento que observamos», lamentó. Sin embargo, enfatizó que el enfoque de este foro busca aprender de experiencias y unir esfuerzos para cumplir con principios comunes.
Organizado por Qatar en colaboración con Francia y el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU (DESA), el Foro reunió a representantes de diversos sectores para compartir políticas y proyectos que han demostrado tener un impacto positivo en aspectos como la erradicación de la pobreza y la inclusión social. Baerbock mencionó iniciativas en Sierra Leona, Sri Lanka e India, donde la innovación y la colaboración han permitido abrir cuentas bancarias y mejorar el acceso a servicios sociales.
La secretaria general adjunta de la ONU, Amina Mohammed, subrayó la urgencia de pasar del compromiso a la acción, haciendo hincapié en la necesidad de implementar contratos sociales justos y adaptados a realidades actuales. «Debemos ampliar soluciones que funcionan», instó a los participantes, alentándolos a llevar esas experiencias a sus comunidades.
El lunes también se llevó a cabo la primera reunión de alto nivel de la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza, en un contexto donde más de 670 millones de personas sufren de hambre y más de 2300 millones enfrentan inseguridad alimentaria. Baerbock enfatizó que la crisis del hambre no se debe a la falta de alimentos, sino a desigualdades, conflictos y decisiones políticas inadecuadas. La situación climática fue señalada como un acelerador de la inseguridad alimentaria, con advertencias sobre cómo el cambio climático podría empujar a cientos de millones más hacia el hambre.
La Alianza Global, que cuenta con cerca de 200 miembros y fue creada durante la Presidencia del G20 en Brasil en 2024, busca fortalecer la acción coordinada, promoviendo la protección social y apoyando la agricultura resiliente al clima. «Garantizar que cada persona tenga suficiente para comer es totalmente posible», concluyó Baerbock, resaltando que un mundo libre de hambre y pobreza no es un sueño lejano, sino alcanzable si se trabaja en conjunto.
Fuente: ONU últimas noticias





